Blog sobre el suelo urbano no consolidado definición y características
La adquisición de un terreno puede verse como un proceso sencillo, sin embargo, es crucial tener en cuenta qué categoría tiene el suelo y qué implicaciones legales tiene para el dueño en caso de querer edificar en él. En este artículo te brindamos información sobre el suelo urbano no consolidado, sus derechos y deberes para el propietario, y cómo se distingue del suelo ya consolidado.
Qué es suelo urbano
Para entender lo que se conoce como suelo urbano no consolidado, es importante hacer una aclaración previa. Entre los diversos tipos de suelo, destaca el suelo urbano, es decir, aquel en el que se encuentra una ciudad, municipio, área metropolitana, etc.
El suelo urbano cuenta con todos los servicios necesarios para el desarrollo urbano, tales como alcantarillado, suministro de electricidad y agua y acceso a vías de transporte. Además, está regulado por la administración autonómica, que lo divide en dos categorías: suelo urbano consolidado y suelo urbano no consolidado.
Es importante destacar que el suelo urbano no consolidado no tiene por qué estar completamente urbanizado o preparado para ello. Simplemente se trata de una clasificación legal que indica la posible transformación del terreno en el futuro.
Qué es espacio urbanizado en desarrollo
Una de las características más importantes del suelo urbano no consolidado es que sus obligaciones son más gravosas que las del suelo ya urbanizado. En este caso, los propietarios tienen la obligación de ceder, de forma gratuita y ante el requerimiento de la Administración, parte de su terreno para ser destinado a los fines que esta considere adecuados. En la mayoría de los casos, esta cesión equivale entre un 5% y un 15% del total de la propiedad. Además, los dueños también deben asumir los costos de las transformaciones y adecuaciones de los alrededores de la parcela.
En muchos municipios, es común encontrar terrenos de suelo urbano no consolidado, ya que el crecimiento de la ciudad no es uniforme. Estos espacios son considerados aptos para ser urbanizados en un futuro, pero antes deben ser adecuados y adaptados por completo. Es importante tener en cuenta que no se pueden realizar construcciones en este tipo de terrenos hasta que no se haya completado la urbanización y las reformas necesarias.
Explorando el concepto de suelo urbano y su proceso de urbanización
En materia de clasificación del suelo, la legislación estatal establece dos situaciones básicas: suelo urbanizado y suelo rural. Sin embargo, a nivel municipal y siguiendo las pautas de la legislación urbanística autonómica, se pueden establecer otras clases y categorías de suelo.
La situación de suelo urbanizado se refiere tanto al suelo urbano consolidado como al no consolidado. Esto significa que no todo el suelo urbano tiene la condición de solar y, por lo tanto, no puede ser edificado directamente. Además, el grado de transformación o urbanización del suelo determinará los deberes que tenga el propietario.
Evaluación del terreno urbano en proceso de consolidación
El valor del suelo urbano no consolidado
Para construir en suelo urbano no consolidado, es necesario contar con el apoyo de un Plan de Aprobación, que le otorgue la competencia para obtener un permiso de obras. En ocasiones, este proceso requiere de la cooperación de varios propietarios o la aprobación del plan por parte del ayuntamiento.
No obstante, hay que tener precaución al tratar con terrenos ubicados en zonas clasificadas como suelo urbano no consolidado, ya que pueden surgir obstáculos en el proceso de obtención de la licencia urbanística que puedan demorar varios años.
La valoración de este tipo de suelos es compleja debido a los posibles inconvenientes que pueden surgir. Por ello, es recomendable analizar cada caso detalladamente, teniendo en cuenta terrenos con características similares, su precio en el mercado y la demanda en la zona. De esta manera, podremos tener una idea más certera del valor del suelo en cuestión.
Qué es
En primer lugar, es importante comprender el concepto de suelo urbano no consolidado, ya que forma parte de la categoría de suelos urbanos. Este tipo de suelo se caracteriza por contar con servicios urbanísticos básicos, tales como alcantarillado, suministro de agua y electricidad, y acceso rodado.
La diferencia entre el suelo urbano no consolidado y el suelo urbano consolidado radica en que en este último se puede construir directamente con la obtención de la licencia correspondiente, mientras que en el primero se requieren ciertas actuaciones previas.
Es importante destacar que el suelo urbano no consolidado se encuentra ubicado en zonas urbanas, pero aún no cuenta con las condiciones necesarias para la construcción inmediata, necesitando así actuaciones específicas para su adecuación. Estas actuaciones pueden incluir el desarrollo de infraestructuras o la adaptación de los servicios urbanísticos básicos.
Medidas a considerar previamente a la adquisición de un terreno urbano no desarrollado
Consejos para comprar un terreno urbano no consolidado:Si estás pensando en adquirir un terreno clasificado como suelo urbano no consolidado, es importante que tomes ciertas precauciones para asegurarte de lo que estás comprando y llevar a cabo la operación con total seguridad jurídica. Estas son algunas recomendaciones que puedes seguir:
- Solicita una nota simple en el registro de la propiedad. Este documento te permitirá conocer al titular del terreno, sus características y las posibles cargas que pueda tener.
- Pide información urbanística sobre la parcela. Es necesario que, a través del ayuntamiento correspondiente, solicites una cédula y un informe urbanístico para conocer la calificación del suelo, su régimen y las posibilidades de construcción que ofrece.
Contraste entre terreno urbano consolidado y terreno urbano por consolidar
En este post hablaremos sobre el significado de suelo urbano no consolidado y, seguidamente, detallaremos las divergencias existentes entre este tipo de suelo y el suelo urbano consolidado. En cuanto al suelo urbano consolidado, su superficie puede ser construida directamente, como mencionamos anteriormente, siempre y cuando se posea una licencia de obras. Además, el propietario solo tiene la obligación de completar la urbanización de su terreno o los límites de su propiedad para que sea considerado un solar.
Por otro lado, en el caso de suelo urbano no consolidado, el propietario debe ceder una parte de su terreno para que se finalice la construcción de la zona y lograr así un cambio en su calificación, permitiendo la edificación en él.
El significado detrás del suelo urbano consolidado y el suelo urbano no consolidado
El suelo urbano sin actividad urbanística de transformación es el área rodeada de terrenos urbanizados y edificados, pero que no está considerada para ser transformada según los planes.
Este tipo de suelo adquiere su carácter de solar o casi solar según la legislación, ya que suele ser un terreno que solo necesita pequeñas mejoras o detalles para cumplir con los requisitos de un solar, como por ejemplo, marcar las alineaciones o hacer obras de urbanización.
Sin embargo, estos propietarios no están obligados a ceder gratuitamente su terreno, ya que se considera que la ciudad está ya finalizada en esta zona. Este tipo de suelo se da con frecuencia en zonas donde el crecimiento urbano ha sido irregular y no se ha seguido el plan de ordenamiento municipal.
Suele ser considerado como un solar o casi solar, pero los propietarios no tienen la obligación de ceder gratuitamente debido a que se considera que la ciudad ya está finalizada en esta zona. Esta situación se da en muchas ciudades donde el crecimiento urbano no sigue un plan sistemático y organizado.