historia y evolucion del gato

Descubre la fascinante historia y evolución del gato a lo largo de los siglos

Los gatos han sido uno de los animales con los que los seres humanos han tenido una relación más compleja. Desde hace más de 9.000 años, cuando nuestros caminos se cruzaron por primera vez, la manera en que el hombre ve a estos felinos ha ido cambiando en gran medida.

Evolución del gato

El gato doméstico, también conocido como Felis catus o Felis silvestris domesticus, es un pequeño mamífero que pertenece a la familia Felidae. Su historia y evolución están estrechamente ligadas a la de los felinos salvajes que actualmente habitan nuestro planeta, especialmente al gato silvestre (Felis silvestris). Se estima que todos los felinos comparten un antepasado común relacionado con Miacis.

Miacis es considerado el grupo más antiguo de carnívoros primitivos conocido en la actualidad. Se cree que todos los mamíferos carnívoros modernos, incluidos los felinos, se han desarrollado a partir de él. Los primeros antepasados del gato tenían un tamaño similar al de una jineta, una cola larga y un cuerpo alargado. Vivieron durante el período Cretácico superior, hace aproximadamente 60 millones de años.

Con el paso de millones de años, los miembros de Miacis comenzaron a diferenciarse morfológicamente, dando origen a diferentes grupos de mamíferos carnívoros. Lamentablemente, la historia fósil de los felinos no está tan bien documentada como la de los cánidos. Aún quedan muchas incógnitas por descubrir o confirmar sobre la historia y evolución del gato y de los demás felinos que han habitado en la Tierra.

Historiaeditar

Los primeros registros paleontológicos señalan a Egipto como el lugar de origen de la domesticación del gato en el año 2000 a. C. No obstante, el hallazgo de un gato junto a un humano en una tumba en Chipre en 2004, demuestra que esta relación se remonta incluso hasta 7.500 a 7.000 años a. C. El gato encontrado en este sitio presentaba una morfología similar a la del gato salvaje africano, indicando que aún no había sido sometido a los cambios físicos de la domesticación. En realidad, este felino vivía junto a los humanos, pero no había sido completamente domesticado.

A partir de un estudio realizado por Carlos Driscoll en 979 gatos, se pudo determinar que la región del Creciente Fértil fue el probable lugar de encuentro entre los humanos y los felinos. Se estima que hace entre 8.000 y 10.000 años se llevaron a cabo cinco domesticaciones diferentes del gato del desierto.

Sin embargo, el gato doméstico no es la única especie de la subfamilia Felinae que ha sido utilizada como animal de compañía. El gato del desierto y el puma yagouaroundi también han sido domesticados, principalmente para controlar la población de ratones y ratas.

Origen del gato doméstico

La fascinante trayectoria y transformación del gato común es un tema que aún divide a los científicos, quienes no han alcanzado un consenso sobre el origen de estos encantadores felinos. Incluso en la actualidad, surgen debates en torno a si el gato casero debe ser considerado como una especie aparte o simplemente una subespecie del gato montés europeo (Felis silvestris), más conocido como gato salvaje.

Los rasgos físicos compartidos y diversas investigaciones genéticas sugieren que los gatos domésticos descienden del gato montés africano (Felis silvestris lybica). Además, su carácter más amigable y menos huraño podría haber facilitado su adaptación y coexistencia con los humanos. De hecho, en 2007, un exhaustivo estudio molecular comprobó que los gatos caseros están estrechamente relacionados con el gato montés africano, del que se separaron hace aproximadamente 130.000 años (lo que es relativamente poco en términos evolutivos).

La mayoría de los hallazgos fósiles analizados apuntan a que la domesticación de los gatos ocurrió en el antiguo Egipto, alrededor del año 2.000 a.C. No obstante, recientes descubrimientos han planteado nuevas controversias y desafíos en torno a la historia del gato doméstico. En 2004, se encontraron en Chipre los restos de un gato que había sido enterrado junto a su dueño, lo que sugiere que habrían vivido entre los años 7.500 y 7.000 a.C.

Origen del gatoeditar

Los gatos modernos tienen un ancestro en común que puede estar relacionado con los Aitanis. Estos pequeños carnívoros eran habitantes de los bosques y surgieron hace aproximadamente 60 millones de años. Poseían la misma velocidad y tamaño que las jinetas actuales, así como un cuerpo alargado y una cola larga. Sin embargo, hay pocos fósiles de ellos en el hemisferio norte.

El origen de los felinos es difícil de documentar a través de fósiles debido a que sus antepasados solían habitar en zonas tropicales que no son propicias para la fosilización. Las especies extintas más cercanas al ancestro de los felinos podrían ser el proailurus, un pequeño carnívoro europeo que vivió hace 40 millones de años y era arborícola, y el pseudaelurus, que habitó en Europa y Asia hace entre 8 a 20 millones de años. Fue a partir de estas especies que se separaron los felinos actuales hace unos 10,8 millones de años.

Durante el oligoceno, los félidos se dividieron en dos subfamilias. La primera eran los Nimravidae y la segunda los Felidae: es en esta última donde se encuentra el ancestro común de los felinos actuales, el proailurus. Durante el mioceno, los descendientes de este último, los pseudaelurus, se diversificaron y entraron en África y América.

Historia del gato

La antigua civilización egipcia tiene una relación única con los gatos, considerándolos como seres sagrados y dignos de veneración. Esta relación es en gran parte atribuida al culto a la diosa Bastet, que representaba la protección, fertilidad y belleza. Con el paso del tiempo, los gatos se convirtieron en un elemento importante en la cultura egipcia y fueron retratados en diferentes formas, como símbolos de la diosa o como compañeros de los seres humanos. Esta estrecha conexión entre los gatos y los egipcios fue el inicio de una larga historia de convivencia entre estos felinos y los seres humanos.

Etimologíaeditar

El origen del nombre del gato: un misterio que viene desde tiempos antiguos

En la antigüedad, en el Alto Egipto, se solía llamar myeou al gato, haciendo referencia al sonido de su maullido. Sin embargo, a las hembras se les llamaba techau, un nombre que se ha encontrado grabado en muchas tumbas de mujeres. De este término derivó chaus, el nombre que hoy se utiliza para referirse al gato salvaje de Egipto y Asia, conocido como Felis chaus.



Pero no solo en Egipto se le dio un nombre peculiar al gato, también en Siria lo llamaban qato. De hecho, se cree que esta podría ser la verdadera raíz del término italiano gatto.



Sin embargo, existen otros posibles orígenes, como el adjetivo latino cautus, que significa astuto o agudo, o también el verbo francés guetter, en el sentido de espiar, ya que el gato es un animal activo que siempre está atento con su vista y oído. Algunos etimologistas incluso creen que esta podría ser una fantasía, ya que el término gato se empezó a utilizar en Egipto varios siglos antes de la aparición de los gatos en Atenas y Roma.



A partir de la Edad Media, se comenzó a designar como gatti o cattine fella a las pieles de gato utilizadas para hacer monederos. En esa época, también se usaban otros términos para referirse al gato doméstico, todos con la palabra latina mus, que significa ratón. Por ejemplo, musio, murio, murilegus y muriceps. Estas palabras reflejan la estrecha relación que existe entre el gato y la caza de ratones.

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