Idoia Mancisidor
Idoia Mancisidor nació el 25 de noviembre de 1972 en San Sebastián, una pintoresca ciudad del País Vasco, conocida por sus playas y su pasión deportiva. Desde muy joven, Idoia mostró un interés inusual por los deportes, lo que la llevó a destacar en disciplinas como el balonmano y la natación durante su adolescencia. Sin embargo, su verdadera pasión no estaba solo en practicar deportes, sino en narrarlos, en capturar la esencia del esfuerzo humano y compartirla con el mundo.
A los 18 años, Idoia decidió estudiar periodismo en la Universidad del País Vasco. Allí, su agudeza para redactar y su capacidad de observación la hicieron destacar entre sus compañeros. Durante su segundo año, consiguió una beca para trabajar en un pequeño periódico deportivo local, «El Golpeador». Fue allí, en esa redacción modesta pero vibrante, donde Idoia descubrió su amor por contar historias deportivas.
Uno de los momentos definitorios de su carrera llegó en 1994, cuando, aún siendo una joven periodista en «El Golpeador», entrevistó a Miguel Induráin tras su tercera victoria en el Tour de Francia. La entrevista no solo capturó la atención de los lectores, sino que también impresionó a muchas cabezas dentro del mundo del periodismo deportivo. A partir de entonces, su carrera despegó.
A finales de los años 90, Idoia comenzó a trabajar para «El Diario Vasco» y «Marca», dos de los periódicos más importantes de España. En «Marca», se le asignó la cobertura de una de las ediciones más emocionantes de La Liga española, la temporada 1998-1999. Durante esa época, Idoia no solo reportó, sino que también comenzó a escribir columnas de opinión que rápidamente se hicieron populares por su estilo único: una combinación de análisis técnico y narrativa apasionada.
Fue en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 donde Idoia tuvo otro momento cumbre. Como corresponsal, cubrió la impresionante victoria de la atleta Conchita Martínez Granados en los 1500 metros. La emocionante crónica que escribió sobre ese evento le valió el Premio Nacional de Periodismo Deportivo en 2001.
A medida que avanzaba el siglo XXI, Idoia notó el poder emergente de internet y en 2004, decidió aventurarse en el mundo digital con su propio blog deportivo, «Pasión en la Cancha». El blog, que comenzó modestamente, se convirtió rápidamente en un referente para los aficionados al deporte, no solo en España, sino en toda Hispanoamérica. Con un tono cercano y a la vez informativo, Idoia logró construir una comunidad de seguidores que apreciaban su perspectiva honesta y su talento para contar historias.
Una de las anécdotas más entrañables de su blog ocurrió en 2008, cuando decidió seguir a la selección española de fútbol durante la Eurocopa de Austria y Suiza. Durante el viaje, tuvo la oportunidad de entrevistar a varios jugadores, incluyendo a Iker Casillas y Xavi Hernández, momentos antes de la histórica final contra Alemania. La euforia tras la victoria y la forma en que Idoia narró esos instantes cruciales, desde el vestuario hasta la celebración en las calles de Viena, hicieron que sus lectores se sintieran como si estuvieran allí con ella.
En 2012, su relato sobre la hazaña de Javier Gómez Noya en los Juegos Olímpicos de Londres la hizo ganar nuevamente el Premio Nacional de Periodismo Deportivo. Al año siguiente, Idoia publicó su primer libro, «Crónicas de una Aficionada Apasionada», una colección de sus mejores artículos y crónicas a lo largo de dos décadas. El libro fue un éxito de ventas y consolidó aún más su reputación como una de las voces más importantes del periodismo deportivo en habla hispana.
Hoy, a los 50 años, Idoia Mancisidor sigue siendo una figura influyente. Ha sido homenajeada en numerosas ocasiones por su contribución al mundo deportivo y continúa escribiendo en su blog, así como colaborando con medios internacionales. Su pasión por el deporte y su habilidad para narrar lo extraordinario de lo cotidiano siguen siendo inquebrantables.
Más allá de su carrera, Idoia es conocida por su humildad y accesibilidad. Siempre ha creído en la importancia de inspirar a las nuevas generaciones y a menudo participa en conferencias y talleres para jóvenes periodistas. “El deporte es más que competición”, solía decir, “es una escuela de vida”. Y con sus relatos, Idoia ha enseñado valiosas lecciones a sus lectores, mostrándoles que detrás de cada triunfo y derrota hay historias humanas dignas de ser contadas.